La lista de países que están construyendo o con planes avanzados para levantar nuevas centrales nucleares es larga como: China, Japón, India, Suecia, Reino Unido, Francia, Rusia y Estados Unidos.
Incluye viejos conocidos, pero también pequeños países que aspiran a tener energía barata y una economía saludable.
Existen programas de capacitación y una creciente bolsa de empleo en el sector que no se ha visto en más de una década, según los expertos, en la COP 28.
La cumbre del clima de la ONU celebrada el año pasado, 20 países están a favor de reforzar la energía nuclear para recortar las emisiones de CO2 y se comprometieron a triplicar la capacidad mundial para 2050.
La declaración supuso un giro completo y un reconocimiento de que esta tecnología forma parte de la solución a la crisis climática, reveló que muchos países han cambiado su postura sobre la energía nuclear.
Japón tenía intenciones de reactivar los reactores de Kashiwazaki-kariwa, la mayor planta nuclear del mundo en cuanto a producción de electricidad. En el 2025 se espera que estén en funcionamiento capacidades sustanciales en EE.UU., Qatar, Rusia y Canadá.
La energía nuclear ha producido más energía baja en carbono que cualquier otra fuente, incluida la energía eólica o la solar, ahora muchas naciones lo ven como una forma de cerrar la brecha de carbono.
Detrás de la oleada no está solo el cambio climático o la transición energética, al menos otros 3 factores han influido en este nuevo renacer de la energía atómica.
Tecnología asequible
Grandes centrales aprovechan la fisión nuclear para generar calor que produce energía, en su planificación y construcción se tardan de media unos 10 años y el coste oscila entre los US $4.500 millones y US $5.500 millones.
Su producción alimenta ciudades enteras, la llegada de reactores modulares avanzados más pequeños convertirá la energía nuclear en una tecnología accesible y de bajo costo en comparación con las instalaciones y procesos de las grandes instalaciones.
Los SMR son más asequibles y al ser de menor tamaño, pueden colocarse en lugares donde no podrían ubicarse centrales nucleares grandes, incluidos lugares remotos.
No dependencia
La guerra de Ucrania sorprendió a la comunidad internacional que de la noche a la mañana se vio secuestrada por Rusia, uno de los principales proveedores de gas y petróleo del mundo.
El conflicto tocó de lleno unos de los temas más sensibles en la prosperidad de un país, el suministro de energía, la producción eléctrica y la factura de la luz.
Según cálculos de la OIEA, los 412 reactores nucleares repartidos por 31 países producen en torno al 10% del total de electricidad mundial.
Con la invasión de Ucrania, los países descubrieron el coste de depender energéticamente de socios dudosos, y no siempre hace sol o viento, por lo que su producción es intermitente y difícil de predecir.
El objetivo es lograr que la seguridad del suministro de energía sin depender de factores externos, las naciones con energía barata y estable, son naciones desarrolladas. Los países europeos están analizando cómo extender la vida de las centrales nucleares en uso.